¿Está respaldada científicamente la idea de sincronizar tu vida con tu ciclo menstrual?

¿Está respaldada científicamente la idea de sincronizar tu vida con tu ciclo menstrual?

¿Deberías adaptar tu estilo de vida a tu ciclo menstrual, y existe respaldo científico para esta práctica? A pesar de su prevalencia en las discusiones sobre productividad y bienestar, la evidencia científica que respalda esta práctica sigue siendo poco clara. En este artículo, exploraremos la base científica detrás de sincronizar actividades con el ciclo menstrual. Comenzando con una visión general de por qué las mujeres están sincronizando sus vidas con sus ciclos, luego evaluaremos la investigación existente y las creencias comunes para proporcionar una perspectiva equilibrada sobre este tema.

Por qué sincronizar tu vida con tu ciclo menstrual

Influencers en redes sociales como TikTok e Instagram ofrecen una variedad de rutinas y sugerencias para optimizar el ciclo. Sin embargo, esta optimización puede significar cosas diferentes para personas diferentes, cada una con objetivos únicos.

Algunas mujeres siguen este enfoque con el único objetivo de sintonizar mejor con sus cuerpos. Este enfoque proviene de las fases hormonales fluctuantes de nuestro ciclo, que a menudo provocan cambios físicos y emocionales distintos, influenciando nuestra vida cotidiana. Ya sea que la ciencia esté involucrada o no, adaptarse a estas variaciones, ya sea debido a una tendencia natural (antojos, libido, estado de ánimo) o una necesidad (dolor físico, niveles de energía, depresión/ansiedad), sigue siendo importante.

Otras mujeres están motivadas a alinear su estilo de vida con su ciclo menstrual para abordar preocupaciones específicas, como desequilibrios hormonales, buscar mejores resultados en el ejercicio o manejar el malestar menstrual. Este enfoque subraya la importancia de la investigación científica basada en la ciencia.

Entonces, la pregunta de si alinear el estilo de vida con el ciclo menstrual para la optimización está basada en la ciencia presenta un desafío matizado. Su aplicabilidad depende de objetivos específicos, los cuales voy a profundizar más en este artículo.

La disparidad de género en la investigación científica

Las mujeres han sido históricamente subrepresentadas en la investigación clínica, lo que lleva a una falta de comprensión sobre cómo los tratamientos médicos y las intervenciones las afectan específicamente. Las mujeres comenzaron a incluirse en ensayos clínicos recién en 1993 debido a las pautas de la FDA y la promulgación de leyes federales.

Numerosos estudios han demostrado consistentemente la presencia de disparidades basadas en el sexo en varios aspectos relacionados con el ejercicio, incluidas metabolismo energético, patrones de sueño, el hambre, antojos, biomecánica, etc. Sin embargo, a pesar de la gran cantidad de evidencia que destaca estas diferencias, las mujeres a menudo siguen estando subrepresentadas en los esfuerzos de investigación.

Un análisis reciente y exhaustivo de la literatura científica sobre deportes⁽¹⁾ revela una tendencia preocupante: los estudios con sujetos de prueba exclusivamente femeninos representaron apenas un 6% de las publicaciones en revistas de prestigio de 2014 a 2020. En contraste, los estudios que dependen exclusivamente de participantes masculinos representaron un sorprendente 31%. Esta importante disparidad de género subraya la necesidad urgente de prácticas de investigación más inclusivas que reconozcan y aborden las diversas sutilezas fisiológicas entre los sexos.

El Ciclo Menstrual

El ciclo menstrual denota la serie recurrente de cambios fisiológicos que experimenta el cuerpo de una mujer en preparación para un posible embarazo. Comenzando con la menstruación, caracterizada por el desprendimiento del endometrio uterino, cada ciclo suele durar de 21 a 35 días⁽²⁾, mostrando una considerable variabilidad dentro de los ciclos.

La menstruación, que dura de tres a seis días, marca el inicio de la fase folicular del ciclo menstrual, durante la cual el útero reconstruye su revestimiento. Aproximadamente a mitad del ciclo, ocurre la ovulación, típicamente alrededor del día 16 al 17, señalando la transición a la fase lútea, que dura aproximadamente de 12 a 13 días. Aquí, el endometrio se prepara para una posible implantación del embrión. En ausencia de fertilización, sigue la fase premenstrual, preparándose para el próximo ciclo.

A lo largo de este proceso, las hormonas sexuales, especialmente el estrógeno y la progesterona, fluctúan, orquestando cambios fisiológicos. Los niveles de estrógeno aumentan después de la menstruación, alcanzan su punto máximo antes de la ovulación y aumentan nuevamente en la fase lútea media. Por el contrario, los niveles de progesterona permanecen bajos durante la fase folicular, ascienden en la fase lútea temprana, alcanzan su punto máximo en la mitad de la fase lútea y disminuyen hasta la menstruación. Estas fluctuaciones hormonales gobiernan el ciclo menstrual.

Sincronización de tu Dieta con tu Ciclo Menstrual

Las mujeres pueden sincronizar naturalmente sus dietas con sus ciclos debido a los antojos, o pueden hacerlo intencionalmente para abordar problemas de salud como el desequilibrio hormonal.

Antojos Durante tu Ciclo Menstrual

Este estudio realizado en 2022⁽³⁾ mostró que las mujeres con SPM tienden a consumir niveles más altos de carbohidratos y calorías totales durante la fase lútea, mientras que aquellas sin SPM no muestran una diferencia significativa en la ingesta de calorías entre las fases. En cuanto a los antojos, la evidencia preliminar sugiere antojos aumentados en la segunda mitad del ciclo menstrual, especialmente por chocolate.

Este estudio realizado en 2016 examinó los hábitos alimenticios de mujeres menstruantes⁽⁴⁾, revelando un aumento significativo en los antojos de chocolate, dulces y sabores salados durante la fase lútea tardía en comparación con otras fases del ciclo menstrual.

Estudios de neuroimagen han arrojado luz sobre los procesos cognitivos detrás de estos antojos⁽⁵⁾, mostrando una actividad aumentada en las regiones cerebrales responsables del procesamiento emocional durante la exposición a estímulos alimenticios altos en calorías, especialmente en la fase lútea. Por el contrario, la respuesta cerebral a tales estímulos es menos pronunciada durante la fase folicular.

Entrevista con una Nutricionista sobre la Sincronización de tu Dieta con tu Ciclo Menstrual

Entrevisté a Gemma Hernández, una nutricionista con una amplia experiencia. Posee una Doble Licenciatura en Nutrición y Dietética Humana, Fisioterapia de la Universitat de Lleida, y una Maestría en Cooperación para el Desarrollo en Salud de la Universidad Miguel Hernández de Elche. La experiencia de Gemma radica en la nutrición, combinando servicios de salud y justicia social para promover el bienestar. Durante sus estudios de nutrición, estudió la intersección de las dietas y el ciclo menstrual. Esto es lo que tenía que decir.

¿Cómo afecta la nutrición a la regulación del ciclo menstrual?

La forma en que nos alimentamos puede influir en muchos aspectos de nuestra salud y estado de ánimo, influye en la correcta secreción de hormonas, en la inflamación del organismo, en nuestro sistema inmune, y puede ser un factor de riesgo o factor protector de muchas enfermedades tanto físicas como mentales. Desequilibrios hormonales pueden por ejemplo llevar a periodos abundantes, retrasos o falta de ovulación o aumento de los síntomas premenstruales.⁽⁶⁾

¿Cuáles son algunos nutrientes clave que son esenciales para mantener el equilibrio hormonal a lo largo del ciclo menstrual?

Algunas vitaminas y minerales como el magnesio (presente en hojas verdes), ayuda a mantener los niveles de insulina, hormonas tiroideas, y a la producción de estrógeno y progesterona, y el zinc es necesario para el desarrollo del folículo. Los fitoestrógenos presentes en nueces, cereales integrales o semillas ayudan a equilibrar el estrógeno reduciendo síntomas del síndrome premenstrual como sensibilidad en los pechos. Un correcto aporte de proteínas es también esencial para el equilibrio hormonal, asi como el aporte de grasas saludables y carbohidratos complejos.

En conclusión, para mantener el equilibrio hormonal es complejo centrarnos en nutrientes específicos, la clave sería en su lugar cuidar de nuestra alimentación de manera general para garantizar un aporte suficiente de todo tipo de nutrientes. Para ello algunos consejos básicos sería incluir en gran cantidad y variedad verduras y frutas, consumir suficiente proteína de diversas fuentes(legumbres, frutos secos, lácteos, huevos, carnes magras y a ser posible blanca), hidratos de carbono complejos (integrales, semillas) y grasas de buena calidad como por ejemplo aceite de oliva, aguacate o frutos secos.

Por otro lado, sería conveniente evitar alimentos muy procesados, alcohol, azúcar, así como complementar con un estilo de vida saludable.

¿Existen alimentos específicos o patrones dietéticos que puedan aliviar los síntomas del síndrome premenstrual (SPM)?

La primera gran herramienta sería llevar una alimentación saludable durante todo el mes que aporte los nutrientes necesarios para el óptimo funcionamiento de los procesos del organismo. Sin embargo, algunas pautas específicas para aliviar los síntomas del síndrome premenstrual serían evitar alimentos o sustancias estimulantes como el café, evitar el alcohol, reducir el consumo de sal y de alimentos procesados y tener una correcta hidratación. También consumir alimentos ricos en triptófano (precursor de la serotonina) y alimentos que ayuden a evitar estados de inflamación, algunos ejemplos pueden ser las nueces, semillas, cúrcuma, jengibre, chocolate negro, verduras de hoja verde, piña, etc.

Otras herramientas que pueden ser útiles son la gestión del estrés, por ejemplo ejercicios de relajación, ejercicios respiratorios, meditación, ejercicio de baja intensidad como yoga o estiramientos, y masajes terapéuticos, así como el descanso.

¿Existen suplementos que puedan ayudar a mantener la salud hormonal?

Como norma general no se recomienda ningún suplemento para personas sanas sin patologías o déficits conocidos, a excepción de la vitamina B12 en personas veganas o vegetarianas y otras en etapa de embarazo, así como vitamina D en algunos casos en los que no hay suficiente exposición solar, lo cual en países mediterráneos no sucede.

Existen complementos vitamínicos y minerales que pueden ser favorables, pero la recomendación es que solo nos sirvamos de ellos en casos de necesidad o recomendación médica, y que en su lugar tratemos de obtener los nutrientes de los alimentos, pues es la forma en que mejor serán utilizados por el organismo, además de proporcionar muchas ventajas a nivel de salud general. Si no estás seguro/a de como hacerlo o si lo haces correctamente, puedes consultar con nutricionistas que te guíen y aporten una educación nutricional.

¿Hay ejercicios o actividades que deberían evitarse durante la menstruación para prevenir la disminución de energía o molestias?

La disminución de energía es normal durante esta fase, lo que podemos hacer es planificar nuestro ejercicio o actividades y adaptarlo a dichos niveles de energía. Por ejemplo, haciendo ejercicio de alta intensidad en la fase folicular tras la menstruación (preovulación y ovulación), donde tendremos más energía y fuerza. Por otro lado, durante la menstruación y periodo premenstrual, donde nuestra energía será más baja, podemos hacer otros de menor intensidad como caminar, realizar estiramientos o yoga. Continuar realizando actividades puede ayudarte a su vez a disminuir algunos síntomas de la menstruación al incrementar el flujo sanguíneo y generar hormonas que aumentarán el bienestar.

¿Cómo afecta la regulación del azúcar en la sangre a los niveles de energía y el estado de ánimo durante el ciclo menstrual?

La sensibilidad a la insulina tiene pequeñas variaciones cíclicas durante el ciclo menstrual, esto influye en la manera en que las células de nuestro cuerpo utilizan la glucosa de la sangre como fuente de energía, por lo puede afectar tanto al nivel de energía que percibimos como a nuestro estado de ánimo. Para mitigar los efectos de estas fluctuaciones se aconseja incorporar a nuestros hábitos la actividad física de manera regular, así como mantener un IMC dentro de los rangos de peso normal, es decir, estos efectos podrían ser más notorios en condiciones de bajo peso corporal, o de obesidad.

Si prácticas la sincronización del ciclo, una adaptación que puedes llevar a cabo es disminuir ligeramente la ingesta de hidratos de carbono en la fase lutea, que es cuando tenemos menos sensibilidad a la insulina y por lo tanto los HC serán peor tolerados. En ese caso, aumenta la ingesta de grasas saludables y proteínas como fuente de energía. Cuida tu descanso y alimentación en general y adapta los ejercicios a tu nivel de energía, que en esta fase puede ser menor (síndrome premenstrual).

Durante la menstruación también tendremos menores niveles de energía, por lo que puedes priorizar el descanso y realizar actividades más ligeras. Asegurate de consumir suficientes nutrientes como vitaminas y minerales presentes en frutas y verduras, y una correcta aportación de hierro, ya que tenemos una pérdida de éste en el sangrado.

Por otro lado, en la fase folicular, tras la menstruación, los hidratos de carbono son bien tolerados, tenemos más energía y podemos realizar ejercicio con mayor intensidad.

¿Es la sincronización del ciclo un concepto respaldado científicamente?

Existe numerosa investigación que correlaciona los cambios del ciclo menstrual con la nutrición, ejercicio, síntomas emocionales o físicos, y un largo etcétera. Sin embargo, el concepto global de sincronización del ciclo combinando los diferentes efectos todavía no ha sido demasiado investigado.

¿Puede recomendar alguna hierba o té específicos que se utilicen comúnmente para apoyar el equilibrio hormonal y la sincronización del ciclo?

Algunas hierbas o plantas pueden ayudar a reducir estados de inflamación y mejorar los síntomas del síndrome premenstrual o síntomas durante la menstruación. Algunos ejemplos son la cúrcuma, jengibre, canela, manzanilla, melisa, salvia. hipérico y ginko biloba.

¿Qué beneficios potenciales pueden esperar las personas al adoptar prácticas de sincronización del ciclo en términos de su salud y bienestar general?

En primer lugar, es una forma de empoderamiento,al sincronizar el ciclo menstrual con el estilo de vida estás tomando control activo en tu salud y bienestar, además de aumentar el conocimiento del propio cuerpo y escuchar sus síntomas y necesidades. Por otro lado, permite que tengas mayor control sobre tu productividad, tus descansos, que puedas atender tus necesidades de cada momento y de esa forma reducir o procesar de mejor manera los cambios en el estado de ánimo y los cambios físicos.

¿Qué consejos tienes para los principiantes que están interesados en incorporar los principios de sincronización del ciclo en su estilo de vida?

Lo primero sería llevar un registro de duración de tu ciclo, intentar identificar qué días corresponden a cada fase, y observar y registrar todos los síntomas y variaciones que se llevan a cabo en tu cuerpo y en tu estado de ánimo.

¿Crees que hay una correlación entre el equilibrio hormonal alcanzado a través de la sincronización del ciclo y una mejoría en el desempeño laboral o la productividad?

Aunque en el equilibrio hormonal influyen diferentes factores, la sincronización del ciclo puede influir positivamente mediante la reducción del estrés, mejora de la salud mental, mejora de la nutrición y mayor adherencia al ejercicio gracias a las adaptaciones. En cuanto al desempeño laboral y productividad, la sincronización del ciclo permitiría una mayor conciliación con tu vida personal, respetando así momentos de descanso y aprovechando mejor los momentos de mayor potencial físico.

Sincronizando el ejercicio con tu ciclo menstrual

Evaluación del rendimiento atlético de las mujeres en el ciclo menstrual

La evaluación del rendimiento es crucial para comprender cómo pueden variar las habilidades atléticas de las mujeres a lo largo de su ciclo menstrual. Una revisión exhaustiva de la investigación realizada en 2021⁽⁷⁾ ofrece valiosos conocimientos sobre este tema. De manera consistente, las atletas informaron que su rendimiento estaba influenciado por su ciclo menstrual, especialmente durante las fases lútea tardía y folicular temprana, caracterizadas por síntomas como fatiga, letargo y dolores menstruales, que creían obstaculizaban un rendimiento óptimo.

Un análisis adicional enfatizó la falta de importancia de los efectos del ciclo menstrual en el rendimiento atlético.⁽⁸⁾ Los hallazgos subrayaron el pequeño, si es que hay alguno, tamaño del efecto, sugiriendo una relevancia práctica mínima. Esto enfatiza la importancia de considerar la variabilidad individual y el impacto generalmente insignificante de las fases del ciclo menstrual en las habilidades atléticas de las mujeres. Como tal, la noción de sincronizar los esfuerzos de rendimiento en torno a fases menstruales específicas puede carecer de respaldo empírico, fomentando una comprensión más matizada de las habilidades atléticas de las mujeres más allá de las consideraciones del ciclo menstrual.

Evaluación de la fuerza y el desarrollo muscular a lo largo de las fases menstruales

Examinar los efectos de las fases menstruales en la fuerza y el desarrollo muscular en mujeres requiere metodologías de investigación rigurosas. Tres estudios, que emplearon sujetos de prueba controlados, investigaron si el entrenamiento durante la fase folicular produce ganancias superiores de fuerza e hipertrofia muscular en comparación con la fase lútea. Los participantes fueron sometidos a entrenamiento diferencial de extremidades en diferentes fases menstruales mientras mantenían un entrenamiento de resistencia consistente en general.

De estos tres estudios, uno observó mejoras tanto en la hipertrofia como en la fuerza⁽⁹⁾, otro notó mejoras únicamente en la fuerza⁽¹⁰⁾, mientras que el tercero no reportó mejoras significativas en ninguno de los parámetros⁽¹¹⁾. Este resultado mixto subraya la complejidad de los impactos de las fases menstruales en los resultados del entrenamiento.

Estos hallazgos resaltan la necesidad de más investigación con tamaños de muestra más grandes y medidas de resultados integrales para dilucidar la influencia potencial de las fases menstruales en la fuerza de las mujeres y los esfuerzos de construcción muscular.

El impacto del ciclo menstrual en la percepción del ejercicio

Una investigación reciente arroja luz sobre cómo la fase del ciclo menstrual afecta el disfrute y la percepción del esfuerzo de las mujeres durante los entrenamientos. Este estudio publicado en 2021⁽¹²⁾ reveló que durante la fase lútea, las personas tienden a disfrutar ligeramente menos de sus entrenamientos y los perciben como más desafiantes.

Si bien muchos estudios sobre la sincronización de los entrenamientos con el ciclo menstrual para mejorar el rendimiento y la hipertrofia muscular arrojan resultados inconclusos, es notable que las mujeres a menudo experimentan sentimientos variables sobre el ejercicio durante cada fase. Sin embargo, es igualmente importante adaptar los entrenamientos al ciclo menstrual en este caso. Participar en algún ejercicio, incluso cuando los niveles de energía pueden ser más bajos, es preferible a no hacer nada en absoluto. Además, esforzarse más durante las fases de alta energía puede promover la consistencia a lo largo del mes. Al ajustarse a las necesidades de su cuerpo, las personas pueden mantener una rutina de ejercicio sostenible, mitigando el riesgo de abandonarla debido a dificultades para mantener un régimen diario o semanal constante.

La sincronización de los entrenamientos con el ciclo menstrual debido a la hinchazón del vientre

En cuanto a la hinchazón del vientre y la retención de líquidos, un estudio de un año que involucró a 62 mujeres⁽¹⁴⁾ reveló percepciones aumentadas de hinchazón del vientre durante la fase lútea, alcanzando su punto máximo en el primer día de menstruación. Esto se alinea con las observaciones de fluctuaciones del peso corporal a lo largo del ciclo, con un peso que suele ser más bajo durante la ovulación y que aumenta ligeramente durante la fase lútea.

Como resultado, las mujeres que experimentan hinchazón durante la misma fase cada mes pueden alinear ejercicios específicos con sus ciclos. El ejercicio frecuente, particularmente actividades aeróbicas como caminar, pueden ayudar a reducir la hinchazón del vientre por causa menstrual al mejorar el flujo sanguíneo, reducir los niveles de aldosterona, que indican al cuerpo que retenga agua y sal, y producir más compuestos antiinflamatorios⁽¹⁶⁾. Además, el ejercicio libera endorfinas, que ayudan a disminuir los síntomas del síndrome premenstrual como la hinchazón y alivian el estrés, los calambres, los dolores de cabeza y el dolor menstrual⁽¹⁷⁾.

El Ciclo menstrual y la tasa metabólica

El gasto calórico también juega un papel crucial. Si bien los hallazgos de investigación sobre este asunto no son completamente consistentes, un metaanálisis de 26 ensayos controlados aleatorios de 2020⁽¹⁵⁾ sugirió un aumento en la tasa metabólica en reposo durante la fase lútea en comparación con la fase folicular. Las estimaciones indican una quema adicional potencial de 90 a 280 calorías por día durante esta fase, lo que indica un gasto energético elevado en reposo.

Una tasa metabólica más alta, también conocida como Tasa Metabólica Basal (TMB), aumenta la eficiencia del cuerpo para convertir los alimentos en energía, suministrando así a las personas más energía para actividades diarias y ejercicio. Aquí hay algunas formas en que puedes ajustar tu estilo de vida para aprovechar la tasa metabólica más alta durante la fase lútea:

  • Intensificar el entrenamiento de fuerza: Dado el mayor TMB durante la fase lútea, este podría ser un momento óptimo para centrarse en ejercicios de entrenamiento de fuerza. Tu cuerpo puede quemar ligeramente más calorías en reposo, lo que potencialmente ayuda en la construcción muscular y la recuperación.
  • Participar en entrenamientos de alta intensidad: Incorporar entrenamiento intervalado de alta intensidad (HIIT) u otros ejercicios vigorosos durante la fase lútea podría aprovechar la tasa metabólica aumentada. Esto puede resultar en una quema de calorías más eficiente y, potencialmente, mayores ganancias de condición física.
  • Ajustar la ingesta calórica: Si bien el aumento en el TMB durante la fase lútea puede ser modesto, algunas personas pueden descubrir que naturalmente se sienten más hambrientas durante esta fase. Ajustar tu ingesta calórica para acomodar cualquier señal de hambre aumentada podría ayudar a mantener el equilibrio y apoyar tus necesidades energéticas.

Sincronizando tu productividad con tu ciclo menstrual

Este estudio de 2021⁽¹⁸⁾ encontró que los cambios hormonales en el ciclo menstrual de una mujer pueden cambiar cómo funciona el cerebro, especialmente en áreas relacionadas con las emociones y el pensamiento. Sin embargo, aún no entendemos completamente cómo estos cambios hormonales afectan la estructura y la química del cerebro durante el ciclo menstrual. El estudio sugiere que se necesita más investigación para descubrirlo, utilizando técnicas avanzadas de imagen cerebral y otros métodos.

En 2017, investigaron las fluctuaciones del estado de ánimo de las mujeres a lo largo del ciclo menstrual⁽¹³⁾, centrándose en parámetros como la fatiga, la irritabilidad y la tristeza. Concluyeron que el patrón de cambios de humor de cada mujer permanecía relativamente consistente a lo largo de los ciclos, destacando la importancia de reconocer las variaciones individuales en lugar de intentar encajar a todos en un patrón promedio.

Con los hallazgos de estos dos estudios, queda claro que las fluctuaciones hormonales a lo largo del ciclo menstrual pueden influir en cómo se sienten las mujeres. Ya sea durante el ejercicio, las actividades diarias o la productividad, el impacto de los cambios hormonales es innegable. Sin embargo, la elección de qué sincronizar con estas fluctuaciones, ya sea ocio o productividad, finalmente recae en el individuo. Comprender estas variaciones puede ayudar a las mujeres a tomar decisiones informadas sobre cómo optimizar sus rutinas de acuerdo con sus ritmos fisiológicos únicos. Por lo tanto, tener en conciencia estos ciclos puede servir como una herramienta para una mejor autogestión y bienestar.

Un enfoque personal para sincronizar tu vida con tu ciclo menstrual

Es crucial confiar en tu propia experiencia y resistir la presión de conformarse con estándares de rendimiento preestablecidos o planes de entrenamiento basados en la fase de tu ciclo menstrual. Si bien la comprensión científica en esta área continúa desarrollándose, mantenerse informado sobre la información disponible es valioso. Reconocer la falta de evidencia concreta en gran parte del discurso puede ofrecer claridad y autonomía. En última instancia, reconocer esta realidad permite a las personas priorizar sus propias necesidades y experiencias sobre las expectativas externas.

Las recomendaciones prescriptivas deben adaptarse a las necesidades individuales y considerar la considerable variabilidad de persona a persona. Si bien los dietistas registrados o los profesionales médicos pueden ofrecer orientación personalizada, las recomendaciones genéricas sobre estilos o métodos de entrenamiento requieren una investigación más extensa para ser realmente efectivas.

Sincronizar tu vida con tu ciclo menstrual no implica adherirse estrictamente a las pautas de otra persona. En cambio, escucha tu cuerpo y analiza tus síntomas. Sintonizándote con cómo te sientes a lo largo de tu ciclo, puedes identificar patrones y conexiones entre tu ciclo menstrual y varios aspectos de tu vida, incluidos los niveles de energía, los cambios de humor y las molestias físicas. Esta autoconciencia puede impulsarte a tomar decisiones y ajustes informados que resuenen con tu fisiología y preferencias únicas. Ya sea adaptando tu rutina de ejercicio, modificando tu dieta o priorizando actividades de autocuidado, sincronizar tu vida con tu ciclo implica honrar los ritmos naturales de tu cuerpo y encontrar lo que funciona mejor para ti.

Citas

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